miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA PRIMERA EXPERIENCIA SEXUAL DE UN DISCAPACITADO A LOS 32 AÑOS

Una noche un amigo me contó su gran secreto: tenía un hijo parapléjico de 32 años. Mi amigo había tenido un accidente automovilístico y su hijo -que tenía, entonces, apenas 12 años- quedó muy grave. Salvó la vida, pero quedó atado a una silla de ruedas para siempre. Cuando tenía unos 28 años le confesó a un primo que lo que más le dolía era no haber conocido el sexo. El primo se lo contó al padre y éste no supo qué hacer y no lo habló ni con su hijo, ni con su esposa. Algo tan delicado era tabú. Estábamos cenando cuando decidió contarme su drama y el estado de culpa que le producía el no proporcionarle sexo a su hijo mientras él tenía una vida sexual muy satisfactoria. Le pregunté que por qué no lo llevaba con una prostituta. "Ese tipo de mujeres no son las adecuadas para mi hijo. No me gustan"

- Vaya, no te gustan porque a ti  te sobran mujeres, pero tu hijo daría la vida por estar con una prostituta porque, en sus condiciones, no la tiene nada fácil.

La cena terminó en medio de una gran tensión. Su egoísmo con su propio hijo me amargó la noche. Luego de un mes lo llamé por teléfono.

- Te llamó porque quiero que traigas a tu hijo a mi casa. Quiero darle sexo.

Se quedó mudo. No reaccionó. Colgué el teléfono para darle tiempo. Una hora después me llamó:

- ¿Cuándo y dónde?

- En mi casa, esta misma tarde si quieres.

- Esta tarde, no. Quiero hablarlo con él.

Al día siguiente me aviso que podía traerlo a mi casa esa misma tarde. Su hijo estaba de acuerdo. A eso de las 4:00 PM llegaron. El hijo aparentaba más de 32 años, bastante guapo. Nos presentaron y le pedí a mi amigo que nos dejara solos, que yo lo llamaría para que pasara recogiéndolo.

Al quedarnos solos hice lo humanamente posible porque aquello fuera lo más normal del mundo para los dos puesto que ambos vivíamos una primera vez. Lo acaricie y lo bese. Me sorprendió que apenas, ante esas primeras caricias, se puso excitadísimo, a punto de eyacular si su pene hubiera tenido erección; pero no la tenía y, a pesar de no tenerla, gemía de placer. En pocos minutos había alcanzado un orgasmo y luego otro y otro y otro. Tanto tenía dentro que apenas un roce, apenas un beso, apenas una leve caricia, lo enloquecía. Así nos quedamos por unas horas que me agradeció de mil maneras ya que por años había estado soñando con ese momento que creyó imposible dada su condición. Lo vi muchas veces más, hasta que sus padres se mudaron a Estados Unidos y se lo llevaron consigo. Hoy nos comunicamos por Skype y tenemos ciber sexo, que él disfruta bastante. Aprendió a usar muy bien la imaginación, más si tiene el estímulo de mis palabras.

Su padre se comprometió a que la vida sexual de su hijo seguiría siendo la misma que vivió conmigo. Y lo ha cumplido: una mujer -madura también- le proporciona sexo y según me cuenta, "me lo hace rico". Después de esa primera vez se volvió un experto y no sólo recibe placer, también lo da.

Contáctame a tráves de mi correo electrónico:
sexdiscapacitados@gmail.com
Caracas - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario